La Computación, y por tanto, las Ciencias de la Computación, tienen su origen en
el cálculo, es decir, en la preocupación del ser humano por encontrar maneras de
realizar operaciones matemáticas de forma cada vez más rápida y más fácilmente.
Pronto se vio que con ayuda de aparatos y máquinas las operaciones podían
realizarse de forma más rápida y automática.
El primer ejemplo que encontramos en la historia es el ábaco, aparecido hacia el
500 AC en Oriente Próximo, que servía para agilizar las operaciones aritméticas
básicas, y que se extendió a China y Japón, siendo descubierto mucho más tarde
por Europa.
También es digno de señalar el conocido Mecanismo de Antikythera, recuperado
en 1900, construido alrededor del año 80 a.C., en la isla griega de Rodas, ubicada
en el mar Egeo. Era un artefacto de cálculo astronómico con mecanismos de
precisión. El usuario, por medio de una perilla, podía accionar un simulador en
miniatura del movimiento del sol, la luna y varios planetas, teniendo a la vista la
fecha en que se había dado, o se daría, tal combinación. Es tanta su sofisticación
que ha sido llamado la primera computadora de Occidente.
Por otra parte, los matemáticos hindúe s, árabes y europeos fueron los primeros
que desarrollaron técnicas de cálculo escrito. El matemático árabe Al'Khwarizmi,
alrededor del año 830 DC, escribe un libro de Aritmética, traducido al latín como
Algoritmi de numero Indorum, donde introduce el sistema numérico indio (sólo
conocido por los árabes unos 50 años antes) y los métodos para calcular con él. De
esta versión latina proviene la palabra algoritmo.
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